martes, 24 de marzo de 2009

Vuelve.

Te propongo construir
un nuevo canal
sin esclusas
ni excusas
que comunique por fin
tu mirada
atlántica
con mi natural
pacífico.


Y, entre palabra y palabra, suspiro y sonrisa, ponemos una viga más, cemento, ladrillos, tornillos, cualquier cosa que haga sostenible este puente que, día a día, con cada conversación y con cada encuentro, construimos entre los dos. Ya no sé si será para comunicar mi mirada atlántica, que más la veo mediterranea, con tu natural pacífico, que ese si que es cierto, o para que, simplemente, con solo caminar por la pasarela durante x tiempo, podamos vernos, sin obstáculo alguno, y podamos darnos ese abrazo que nos enciende la bombillita.







Y para quien no conozca a Mario Benedetti, se lo recomiendo, como un día lo hizo Almendrita y que, desde el momento que me regaló este libro, no lo he soltado durante mucho tiempo. Cada día descubro algo nuevo, un matiz que se me había escapado, cada día tiene un poema. Hoy, este es el mío, el nuestro.

lunes, 23 de marzo de 2009

Algo nuevo, efímero.


Duerme, pequeña,
que lo bueno se te escapa
entre los deditos de los pies,
viendo como pasa otro amanecer
y otro y otro y otro más,
en sueños, no realidades.
Perdiendo miradas que petrifican,
o besos robados,
o una simple canción que hace que el vello se te erice.
Efímero, pero crónico.
Es lo que espera asomada a su balcón,
observando desde un nivel superior,
no por ello mejor, sino desde distinta perspectiva.
Crónico para rellenar esa sucia libreta
que lleva años tirada bajo la cama que,
cansada de escribir una o dos líneas a lápiz,
prefirió no dejar constancia
porque no merecía la pena
recordar aquello que no fue significativo.

Efímero, pero crónico.
Enfermizo, duradero, fugaz y real,
no como pueda pintarlo una película,
como ella quiere sentirlo:
con el color de un atardecer en invierno,
con olor a libretas nuevas y
textura de mar.
Sólo pide eso.

lunes, 16 de marzo de 2009

Me quedaba en Nunca Jamás

No siempre va a ser tan fácil... Los años pesan y las circunstancias ya ni te cuento. Empiezan los dolores de espalda, las migrañas, el ahogarse en un vaso de agua, los problemas de verdad, los amigos que van y los que se quedan. Todo es un cambio continuo. Sin embargo, hoy estoy como hace dos años, encorvada frente al ordenador, intentando estrujarme los sesos para sacar algo de provecho, arañándome la mente en busca de algo que me conmueva. Puede decirse que a veces estoy inspirada, otras decaída, hiperactiva, qué se yo, miles y miles de sensaciones que no siempre son descriptibles con simples palabrejas; pero siempre aquí, inmóvil, viendo como las horas, los días, semanas pasan por delante de mis ojos sin deternese siquiera a saludar, notando como se me seca la piel y el pelo se me pone cada vez más tieso.

¡La infancia se nos queda pequeña! Cada vez se ven menos niños en las calles, menos sonrisas blanquitas de dientes de leche, menos inocencia de la de verdad, de la de dar todos los gusanitos de la bolsa o subirse el vestido porque hace calor, sin vergüenza ninguna. La infancia escasea, las calculadoras parecen estar bien calentitas dentro de nuestra mente, dejándole una esquinita al niño que, al crecer, se acabará marchando porque ya no cabe.




Por suerte, todavía puedo contagiarme de esa infancia que, días como hoy, echo de menos. Sólo hace falta una mirada.







Volviendo de Nunca Jamás, dejo una canción que, a día de hoy, todavía me hace llorar. Año 92, yo con un añito de vida y con un larguísimo camino por recorrer.




Que sea leve, que las alergias pasen rápido y que los exámenes vayan bien =)

viernes, 13 de marzo de 2009

¡y mira que pasa rápido!


Otro día que pasa, otro amanecer que resurge,
otra noche que ya no diviso,
el alba susurra,
y tú, indiferente, pisando los adoquines,
paseando por la calle que hace esquina
con la del Orgullo
y yo, infantil, como siempre,
huyendo de la de la Melancolía,
abanicándome con las cartas que un día escribiste,
intentando poner los pies en el suelo


y no lo consigo.






Y ahora, un aplauso para el Yutú: