Otro día que pasa, otro amanecer que resurge,
otra noche que ya no diviso,
el alba susurra,
y tú, indiferente, pisando los adoquines,
paseando por la calle que hace esquina
con la del Orgullo
y yo, infantil, como siempre,
huyendo de la de la Melancolía,
abanicándome con las cartas que un día escribiste,
intentando poner los pies en el suelo
y no lo consigo.
Y ahora, un aplauso para el Yutú:
1 comentario:
Precioso, Nalen. Me encanta el verso:
"huyendo de la de la Melancolía"
La elipsis de la palabra "calle" hace volar alto al poema. No sé si la aliteración es deliberada, o te ha salido así del alma. Tampoco quiero saberlo.
Es resto del blog es estupendo. Escribes muy bien, ¡y me gustan tus fotos! ¡Sigue adelante!
Un saludo
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