viernes, 19 de junio de 2009

Llegó el tan ansiado verano, tras largo tiempo aguardándole.

Me dispongo a escupir cuatro pensamientos que me llevan rondando hace ya algunas semanas pero que, por falta de tiempo, estrés acumulado y exámenes en general, no me he visto capaz de poder escribirlos. Me apetecía ser formal, dejarme de teclear veinte letras y hacer algo extenso o, por lo menos, que no sea vanal, que aunque pocas cosas que salgan de mi cerebro sean legibles que, al volverlas a leer me quede satisfecha.
Han sido días difíciles, las pocas ganas de estudiar se mezclan con el calor, el tiempo que me faltaba, tú... Y la mente se satura, hace todo lo posible por no centrarse en las líneas que tiene que memorizar y se evade de su verdadero trabajo, ya no el pensar, sino el hacer lo que tiene que hacer en el momento que lo tiene que hacer. Y no, no hubo manera, por lo menos en los primeros días. Así que, la dejé un poco a su aire, la verdad, no me vino mal. Me iba a la playa en cinco segundos, me bañaba de sol y me achicharraba de sal, escribía ensayos de lo más polémicos, conocía gente nueva, estaba contigo, no vivía aquí ni allá ni a cuatro manzanas, hacía fotos, conservaba a mis amigos (amigos, no "amigos", que no son más que personas humanas, y de eso abunda), era yo misma y me sentía orgullosa de ello. La prolepsis me hizo pensar mucho, me he dado cuenta de que por cosas que ayer me quejaba hoy estaría agradecida sólo por el simple hecho de que existen, que hoy soy yo, y ayer y mañana, clara y distinta, al igual que Descartes definía a las ideas innatas y realmente existentes, que el arte o el intento de es mucho más representativo que una razón que supuestamente es pura e indubitable, que yo soy yo y mis circunstancias, que no siempre han sido buenas.
Y quizás por eso mi existencia sea tan divertida, ya no sé si productiva pero, por lo menos, yo me siento agusto. Porque comer a base de porquerías, ver la tele hasta las tantas, emborracharnos de besos, que duelan los pies, llorar con las películas, estar de mala leche, tener agujetas de pura risa, sentir vacío, perder "amigos" (ahora sí, entrecomillado), coincidir en el mismo sitio a la misma hora sin tener nada previsto, sentir que hoy nada más importa es lo mejor que me ha podido pasar.

1 comentario:

Sargow dijo...

Yo tengo ganas de sentir ya lo mismo que tú. Cada día que me levanto pienso: uff por fin, un día menos para ser "libre".
Espero que este verano lo pasemos bien, sobre todo tú que no tienes nada que hacer!