lunes, 29 de marzo de 2010
martes, 9 de marzo de 2010
Me he levantado sentimental y me temo que me iré a la cama con la misma sensación. Ha sido difícil despegarme las sábanas, lo he hecho hasta con rabia al creer que la habitación olía a ti. Pero no, mi mente ha vuelto a jugármela aunque, tan sólo es una niña que quiere jugar a las sombras en la pared de mis sueños, haciéndome creer que estás cerca cuando lo único que compartimos es la visión de un mismo cielo. Hoy, por lo menos, no ha llovido y sé que mientras alzas la mirada al claro firmamento, sonries. Eso es lo que a mí me hace realmente feliz.
No quería escribir sobre esto, más bien venía a hablar de una poesía que me había emocionado al escucharla en la televisión, fíjate qué cosa. Acabo de darme cuenta de que los mejores regalos que me han hecho jamás han sido recitados o escritos, siempre acabo llorando con esas cosas y, aunque pueda sonar masoquista, lo admito: me encanta llorar. Pero no llorar de impotencia ni por tener la verdad en mis narices y no ser capaz de verla, no. Me gusta que me tiemblen las entrañas y que mi cara esboce una estúpida sonrisa que nada sea capaz de borrarla, que se me salten las lagrimas y que no me salga la voz. ¿Acaso no es genial que lo que mi cerebro siente y no es capaz de decir salga de tus labios? Se me eriza el vello de sólo pensarlo.
Si es que eres un maestro, digas lo que digas. A pesar de ser una montaña rusa emocional, me mantengo estable por tu equilibrio laberíntico del cual soy dependiente. Me proporcionas lo que necesito y no me intoxico, aunque me extasio y vuelo tan alto que sólo reacciono cuando estoy en el tren de vuelta a casa. Qué pena, me cortan las alas en el momento más álgido pero sé que, algún día, el tiempo no será nuestro enemigo, más bien, un aliado.
¿Vas a concederme el placer de abrir juntos una puerta y descubrir qué nos depara el mañana? Parece que mi mente no se ha cansado todavía, aunque se me cierren los párpados casi al ritmo que tecleo. Pero, es tarde, y empiezo a enmudecer. Me voy a la cama pero, no sin antes abrazarme la almohada para intentar consolar a esta tonta que, todavía, sigue emocionada por la estúpida poesía:
[...]
Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
No quería escribir sobre esto, más bien venía a hablar de una poesía que me había emocionado al escucharla en la televisión, fíjate qué cosa. Acabo de darme cuenta de que los mejores regalos que me han hecho jamás han sido recitados o escritos, siempre acabo llorando con esas cosas y, aunque pueda sonar masoquista, lo admito: me encanta llorar. Pero no llorar de impotencia ni por tener la verdad en mis narices y no ser capaz de verla, no. Me gusta que me tiemblen las entrañas y que mi cara esboce una estúpida sonrisa que nada sea capaz de borrarla, que se me salten las lagrimas y que no me salga la voz. ¿Acaso no es genial que lo que mi cerebro siente y no es capaz de decir salga de tus labios? Se me eriza el vello de sólo pensarlo.
Si es que eres un maestro, digas lo que digas. A pesar de ser una montaña rusa emocional, me mantengo estable por tu equilibrio laberíntico del cual soy dependiente. Me proporcionas lo que necesito y no me intoxico, aunque me extasio y vuelo tan alto que sólo reacciono cuando estoy en el tren de vuelta a casa. Qué pena, me cortan las alas en el momento más álgido pero sé que, algún día, el tiempo no será nuestro enemigo, más bien, un aliado.
¿Vas a concederme el placer de abrir juntos una puerta y descubrir qué nos depara el mañana? Parece que mi mente no se ha cansado todavía, aunque se me cierren los párpados casi al ritmo que tecleo. Pero, es tarde, y empiezo a enmudecer. Me voy a la cama pero, no sin antes abrazarme la almohada para intentar consolar a esta tonta que, todavía, sigue emocionada por la estúpida poesía:
[...]
Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
Mientras sigamos mirándonos y diciéndonoslo todo,
amándonos sin necesidad de mediar palabra,
habrá poesía.
miércoles, 3 de marzo de 2010
21
Nada cambia. No estoy segura de si hemos rozado ese grado de perfección, tampoco lo necesitamos, con un poco de acción nos basta y nos sobra. Nada cambia aunque tengamos que saltar un charco cada tres pasos ni aunque se nos cale la ropa.
Todo fluye, deslizándose al mismo ritmo que la lluvia que nos moja los pies. Quizás este mal tiempo no sea tan malo, es un escalón más, una especie de prueba que tenemos que superar con creces. Y, mientras caminemos de la mano y no nos falte tema de conversación, creo que podremos hacerlo. Pero, cuando no sabemos de qué hablar también tenemos soluciones.
Estamos más que preparados para superar todo lo que venga. Estoy muy feliz, me haces feliz.
Nada cambia, tampoco lo pretendo, pero sí. Nada cambia, pero, ojalá, que mejore. Que se acorten las distancias y que, al sentir tu olor, estés realmente a mi lado. Porque es una sensación horrible oler a ti mientras voy en el bus de vuelta y darme cuenta de que lo único que hay a mi alrededor es un montón de gente. Es un asco. Quiero convertirme en grillo, lo haré.
Nada cambia aunque hoy cumplas un año más, aunque tengas la mayoría de edad en los Estados Unidos. Qué mayor, tú. Este último año ha sido muy especial para los dos, espero que los 21 también lo sean, que tengamos un verano surrealista igual o mejor que el anterior y que las esperas sean un pelín más cortas. Gracias por todo lo que me aportas, por todo lo que eres y lo que creas. Eres muy especial, no lo olvides jamás.
Feliz cumpleaños, Rafa.
Te amo.
Somewhere in time I will find you and haunt you again...
=)
Todo fluye, deslizándose al mismo ritmo que la lluvia que nos moja los pies. Quizás este mal tiempo no sea tan malo, es un escalón más, una especie de prueba que tenemos que superar con creces. Y, mientras caminemos de la mano y no nos falte tema de conversación, creo que podremos hacerlo. Pero, cuando no sabemos de qué hablar también tenemos soluciones.
Estamos más que preparados para superar todo lo que venga. Estoy muy feliz, me haces feliz.
Nada cambia, tampoco lo pretendo, pero sí. Nada cambia, pero, ojalá, que mejore. Que se acorten las distancias y que, al sentir tu olor, estés realmente a mi lado. Porque es una sensación horrible oler a ti mientras voy en el bus de vuelta y darme cuenta de que lo único que hay a mi alrededor es un montón de gente. Es un asco. Quiero convertirme en grillo, lo haré.
Nada cambia aunque hoy cumplas un año más, aunque tengas la mayoría de edad en los Estados Unidos. Qué mayor, tú. Este último año ha sido muy especial para los dos, espero que los 21 también lo sean, que tengamos un verano surrealista igual o mejor que el anterior y que las esperas sean un pelín más cortas. Gracias por todo lo que me aportas, por todo lo que eres y lo que creas. Eres muy especial, no lo olvides jamás.
Feliz cumpleaños, Rafa.
Te amo.
Somewhere in time I will find you and haunt you again...
=)
lunes, 1 de marzo de 2010
odio los pseudodomingos
Hoy, 1 de marzo del 2010, festivo por traslado del día de Andalucía, no ha sido un gran día en absoluto. No se puede considerar ni día.
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