Y poco a poco me diluyo con agua de mar, como si fuera una pintura de acuarela que se va haciendo más tenue a la vez que llueve sobre el lienzo. No tengo el lienzo roto en absoluto pero, no está terso y se acumulan las tormentas.
Será por eso que, justo donde están pintados mis ojos, gotea.

Demasiado estrés, demasiada incertidumbre, muy poco tiempo y demasiada distancia entre nosotros. Que sea verano, por favor.
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