como aquella noche que pasamos en vela esperando a que el tiempo parase y no se le ocurriera seguir corriendo. Incandescente, como tus ojos al posarse sobre los míos.
Y, como coletilla, te digo: "Y nada", como acostumbro a decirte siempre que no me queda nada de lo que hablar, porque una imagen vale más que mil palabras y, si viene acompañada con un suspiro, ya ni te cuento, tú lo sabes mejor que nadie.
1 comentario:
Seguro que lo sabe. Sería imposible de no acordarse de unos labios como los tuyos con ese: "y nada".
Me ha encantado.. como todo lo que escribes.
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